Tomar un paseo suele ser relajante. No puede decirse lo mismo si el paraje visitado se convierte en un campo donde conejos han venido de lejos a poblar sus sueños de zanahorias, cartas escritas a señoritas y casas tomadas. Lo único reconfortante es que están dormidos y no muertos, ¿cierto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario